Antecedentes

A mitad de agosto tuvimos noticia de que se había aprobado la recalificación, destinándolo ahora a la construcción de viviendas, de un terreno destinado desde 1988, cuando se aprobó el Plan General Urbano, a uso público.

No hacía ni un año que un concejal del equipo de Barberá había afirmado públicamente ante los vecinos que allí iría una escuela infantil, para niños de 0 a 3 años.

Se da el caso de que en Benimaclet hay un único centro público para esa edad, siendo todos los demás privado. Y dándose además la circunstancia de que los más modestos parecen sometidos a acoso administrativo, con mil y una trabas que los están obligando a cerrar, al tiempo que los precios de la única oferta estable rondan los 400 euros al mes, más de la mitad del salario mínimo interprofesional.

Con lo cual, visto que el pago de la hipoteca de la casa normalmente está empujando a trabajar fuera del hogar a las madres, cuando no lo hacen las letras del coche que es herramienta de trabajo imprescindible dado que el barrio apenas ofrece trabajo, y por el contrario, alberga a un importante número de trabajadores, todo ello está contribuyendo a degradar la calidad de vida de la gente del barrio, a la que se le quita el acceso a servicios públicos que diríanse que su gratuidad está garantizada por ley, tal como escuelas al tiempo que se estimula la especulación, permitiendo la construcción de viviendas de un standing muy superior al medio del barrio.